Los criterios diagnósticos de síndrome de abstinencia de Chouinard and Chouinard [Psychother Psychosom. 2015; 84 (2): 63-71] incluyen la aparición de nuevos síntomas de abstinencia, síntomas de rebote y trastornos persistentes tras la retirada del fármaco o droga.
Todos los psicofármacos pueden inducir síndromes de abstinencia y rebote de síntomas tras su retirada, incluso si esta es escalonada.
Sin embargo, solamente los antidepresivos ISRS e ISRNA y los antipsicóticos también se asociaron de manera consistente a trastornos persistentes tras su retirada, y a la posibilidad de síntomas graves, como alteraciones del curso clínico, con las que el malestar asociado a la retirada de benzodiacepinas parece ser de corta duración.
Por lo tanto, la extendida creencia de que las benzodiacepinas deben ser sustituidas por otros fármacos que causen menos dependencia, como antidepresivos y antipsicóticos, es contraria a las pruebas publicadas hasta ahora.
La ketamina y probablemente sus derivados pueden ser clasificados como fármacos con riesgo elevado de dependencia y de adicción.
Dado el tiempo que se ha tardado entre la introducción de cada uno de estos fármacos en terapéutica y la descripción de síntomas de abstinencia, es necesario ser muy prudente con el consumo de los nuevos antidepresivos y antipsicóticos.
En cada grupo de psicofármacos, los productos específicos que parecen tener más poder adictivo son alprazolam, loracepam y triazolam entre los hipnosedantes, paroxetina y venlafaxina entre los antidepresivos, y flufenacina, perfenacina, clozapina y quetiapina entre los antipsicóticos.