En este estudio, los fármacos identificados por revisión de su ficha técnica como asociados a riesgo de caída y fractura, por diversos mecanismos fueron analgésicos opiáceos (hidromorfona), anticolinesterásicos (galantamina, rivastigmina), antidepresivos ISRS e ISRNA (citalopram, duloxetina, mirtazapina, paroxetina), antidepresivos tricíclicos (amitriptilina, clomipramina), antiepilépticos (carbamacepina, gabapentina, pregabalina, rotigotina, topiramato), antipsicóticos (clorprotixeno, flupentixol, haloperidol, levomepromacina, olanzapina, quetiapina, risperidona), benzodiacepinas (temacepam), diuréticos (hidroclorotiacida) y el antimicótico voriconazol.
Las categorías más frecuentes fueron las de fármacos que pueden producir alteración vestibular (43%) y menor vigilancia (42%), y en más de 20% de los casos debilidad general (23%), bajo tono muscular (22%) y alteración psiquiátrica (21%).
Sólo siete fármacos (duloxetina, galantamina, hidromorfona, pregabalina, risperidona, rivastigmina y rotigotina) eran descritos como asociados a una tendencia frecuente o muy frecuente a caerse.